"Las medidas tomadas a finales de 2018 llevarán a una ralentización (…) de 0,4% del comercio mundial en 2020", señaló el organismo en su informe sobre la economía del gigante asiático.
Estimó también que las importaciones a ambos países se contraerán un 0,75%, mientras que la inflación en Estados Unidos aumentará 0,2% por los altos precios de los bienes importados debido al incremento de los aranceles.
El organismo proyecta que si Estados Unidos eleva las tasas de 10 a 20% a las importaciones chinas por valor de 200.000 millones de dólares, el PIB de ambos países perdería 0,5% en 2020 y la inflación en la nación norteamericana se aceleraría un 0,6 por ciento. El comercio mundial se desacelerará 0,75%.
En el caso extremo, si Washington grava la totalidad de las importaciones chinas con el 25% (posiblemente desde julio de 2019), el PIB de los dos países se contraería 0,75% en 2020, la inflación en Estados Unidos aumentaría 0,9%, mientras que el comercio mundial retrocedería un 1%.
"Estos escenarios muestran que a corto plazo los más afectados por las tarifas serán los consumidores estadounidenses debido a los altos precios", indica la OCDE.
Según los expertos de la OCDE, el resto de países también sentirán los efectos negativos de la ralentización del comercio, aunque a largo plazo obtendrán beneficios al mejorar su competitividad en el mercado estadounidense.
Además, advirtieron que la guerra comercial provocará la caída de los índices de las bolsas.
"El aumento de las fricciones comerciales incidirá en la exportación y en general en el crecimiento, lo que posiblemente genere el desplome de las bolsas y efectos colaterales para el resto de las economías", resalta el informe.
La OCDE alertó también sobre las consecuencias para la política macroeconómica, en concreto prevé que la política monetaria de Estados Unidos será más severa y el dólar se fortalecerá.
Esto a su vez, puede provocar el debilitamiento del yuan y las monedas de los otros países emergentes, así como la fuga de capitales.