La ratificación del nuevo T-MEC, que se procesa en los Congresos de los tres países tras su firma en Buenos Aires el 30 de noviembre pasado, "será de gran beneficio para el crecimiento de los tres socios y sus pueblos", declaró el mandatario durante la reunión.
López Obrador reiteró su interés en sostener "una relación cercana y de respeto con EEUU, a fin de construir soluciones a retos comunes", indica el informe oficial del encuentro.
El nuevo Gobierno que cumplió cuatro meses este 1 de abril, impulsa cambios en materia laboral y ambiental, y "medidas innovadoras de gran alcance para elevar la competitividad de la región fronteriza del norte y el desarrollo" en el sur y el sureste de México para evitar la migración, dijo el mandatario.
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El jefe de Estado ratificó la importancia de cooperar con los países de Centroamérica "para tratar las causas de la migración, como la pobreza y la violencia", y que la migración debe ser "una opción, no una necesidad".
Por su parte, los congresistas estadounidenses destacaron "coincidencias con la posición de México respecto al desarrollo" en el sur de México y Centroamérica, y su impacto en el fenómeno migratorio.
La delegación estadounidense estuvo conformada además por Jerrold Nadler, presidente del Comité de Asuntos Legales y Pramila Jayapal del mismo comité legislativo; Zoe Lofgren, presidenta del subcomité de Asuntos Fronterizos, y los miembros del Comité de Asuntos Exteriores, Adriano Espaillat y John Curtis.
Los legisladores llegaron al Palacio Nacional acompañados del encargado de negocios de la embajada de EEUU en México, John Creamer.
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Por el Gobierno de México participaron el canciller Marcelo Ebrard, el vicecanciller para Norteamérica Jesús Seade; la embajadora mexicana en Washington Martha Bárcena, y el director general para América del Norte, Mario Chacón Carrillo.