"China, en parte, despierta a la UE a la oportunidad histórica de refundar la Europa del siglo XXI", afirma Borrell en un artículo publicado en el diario La Vanguardia.
En ese texto, el jefe de la diplomacia española comparte sus reflexiones sobre china al hilo de los recientes debates mantenidos por el Consejo Europeo sobre la necesidad de actualizar la relación estratégica entre la Unión Europea y Pekín.
"Es sorprendente que haya tardado tanto porque, desde entonces, el ascenso de China ha cambiado la geopolítica mundial, mostrando una actitud cada vez más reivindicativa en lo diplomático, en lo tecnológico y en lo militar", subraya.
Borrell afirma que los europeos cometieron el error de pasar los últimos años "demasiado ensimismados" con sus crisis internas como para revaluar su relación con China mientras esta "aumentaba su influencia internacional".
Ahora, prosigue el canciller español, la Unión Europea "no puede aplazar por más tiempo la reflexión colectiva sobre los desafíos planteados por la nueva China".
A su modo de ver, el detonante de este proceso de revaluación de las relaciones es "la posición de liderazgo de China en la más crítica de las infraestructuras críticas, el 5G, y el papel desempeñado por la empresa Huawei", algo que según la Comisión Europea coloca a Pekín como un "rival sistémico y un competidor económico".
Según su análisis, China es un país que "retoma el lugar que ocupó durante siglos" como uno de los principales actores de la política internacional, lo que supone un "reto existencial" para la Unión Europea porque, entre otras cosas, Pekín "propugna un modelo de sociedad y tiene una visión de las relaciones internacionales distintas" de las europeas.
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Ante ese "reto", Borrell destaca que cualquier posibilidad de entendimiento de los Estados miembros de la UE respecto a China pasa por la unidad de acción.
Por ello, el jefe de la diplomacia española llama a los países de la UE a "tomar conciencia de que ninguno de ellos puede "aspirar a mantener una relación equilibrada con China" sin desbordar el ámbito bilateral.
"Solo como Unión Europea podremos tener una relación de equilibrio. Aquí, como en tantas otras cuestiones, Europa no es una opción. Es una necesidad si queremos preservar nuestro modelo de sociedad", concluye.