"El euro, pienso, fue un invento diseñado con un objetivo muy concreto. Si se analizan sus fundamentos se aprecia que no tenía sentido tal y como se instauró. La moneda se pensó para los miembros del 'Área del marco' [alemán]. Se diseñó para favorecer los negocios favoreciendo el movimiento de excedentes de liquidez del centro de Europa hacia la periferia [pero] las estructuras económicas era dispares. No tenía nada que ver la productividad de España con la de Holanda", señala el catedrático de Economía de la Universidad Ramón Llull de Barcelona a Sputnik.
Tema relacionado: Macron: "Alemania se beneficia de problemas en la zona euro"
"Ninguno de los PIIGS [el grupo de países formado por Portugal, Italia, Grecia, Irlanda e Italia] debió entrar [en el euro] como entró, pero hasta para no entrar —Dinamarca, Suecia— se debía tener una base económica que España y los PIIGS no tenían. Aunque también es cierto que en la crisis para un PIIGS ser miembro hace de paraguas", explica Niño Becerra.
"Ese PIB esconde realidades muy graves. Por un lado, la deuda exterior de España es monstruosa: el 145% del PIB. Y, a pesar de la caída de los tipos, debe pagar cada año más de 30.000 millones de euros de intereses. Por otro, la tasa de actividad es bajísima (…) A pesar de eso el desempleo del factor trabajo es enorme, a lo que se añade un nivel de economía sumergida y de fraude fiscal de los mayores de Europa".
Así las cosas, por las características y las carencias de su economía, España se ve obligada a seguir las directrices que le marcan. No es protagonista en la salida de la crisis, sino seguidora, señala el catedrático español. En este mismo sentido, comparar a España y Polonia no es nada descabellado: "Si Polonia adoptase el euro de la forma que España lo hizo, se estaría replicando la situación que se dio en España y, por ello, sus consecuencias".
Te puede interesar: El vicepresidente de la Comisión Europea insta a potenciar el papel internacional del euro