Oumuamua ha estado viajando a través del espacio durante millones de años antes de entrar en el sistema solar y es el primer objeto macroscópico de claro origen interestelar que se ve dentro del sistema solar de la Tierra.
Investigadores de la Universidad de Hawái descubrieron a Oumuamua ('explorador' en hawaiano) el 19 de octubre de 2017, más de un mes después de que pasara su punto más cercano al Sol.
Por el comportamiento de Oumuamua, las teorías sobre su origen incluyen todo, desde ser un fragmento planetario hasta una nave espacial. Por su aceleración pequeña, pero persistente —que no podría explicarse simplemente por la atracción gravitatoria del Sol—hubo una serie de reclasificaciones y revisiones de las teorías: se lo clasificó como un cometa, luego como un asteroide y, finalmente, como un objeto interestelar, publica SciTechDaily.
Darryl Seligman primer autor de un estudio sobre la investigación aceptada para su publicación por Astrophysical Journal Letters, el profesor de astronomía de Yale, Gregory Laughlin y el profesor de Caltech, Konstantin Batygin, dicen que la razón de la aceleración de Oumuamua es bastante mundana: es la ventilación del gas que fue calentada por el Sol.
Tal 'desgasificación' ocurre regularmente para los cometas, anotaron los investigadores. Cuando un cometa se acerca al Sol y se calienta, su hielo estalla en un chorro. El rastro del cometa se forma cuando las partículas de polvo quedan atrapadas en el chorro y reflejan la luz solar.
Sin embargo, Oumuamua no muestra evidencia de un rastro ni tampoco muestra el giro revelador que sería causado por un chorro de gas.
Esto significaría que, en lugar de girar, como en un cometa típico, Oumuamua oscila de un lado a otro como un péndulo, según Laughlin.
Oumuamua ya ha pasado más allá de la órbita de Saturno; tardará más de 10.000 años en salir del sistema solar por completo.
Pero los investigadores dicen que su descubrimiento sugiere que casi todas las estrellas en la galaxia pueden expulsar tales objetos durante el proceso de formación del planeta. Si eso es cierto, una nueva generación de telescopios como el Gran Telescopio para Rastreos o Sondeos Sinópticos (LSST) en Chile puede ayudar a los científicos a aprender más sobre ellos.
"Cuando se conecten LSST y otros telescopios nuevos, cada año se detectarán más de estos intrusos interestelares", dijo Seligman.
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