EEUU llegó a ofrecer una recompensa de 10 millones de dólares por la cabeza de Omar después de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
El jefe adjunto del gabinete y portavoz del presidente afgano Ashraf Ghani, Haroon Chakhansuri, rechazó en términos enérgicos esta hipótesis.
"Rechazamos enérgicamente esta afirmación delirante y la vemos como un esfuerzo por crear y construir una identidad para los talibanes y sus patrocinadores extranjeros. Tenemos pruebas suficientes demostrando que vivió y murió en Pakistán. ¡Punto!", publicó Chakhansuri en su cuenta de Twitter.
Afganistán vive una situación de inestabilidad a raíz de los ataques que lanzan los talibanes y, desde 2015, el grupo terrorista ISIS (autodenominado Estado Islámico, prohibido en Rusia y otros países), pese a la fuerte presencia militar de EEUU y sus aliados.
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Hasta ahora, los talibanes han condicionado el proceso de paz en Afganistán a la retirada de las tropas extranjeras e insistido en acordar el calendario de su repliegue con EEUU, no con el Gobierno en Kabul al que califican de "títere".