No fue casualidad que en el año 1975 –coincidiendo con el Año de la Mujer– la ONU estableciera el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer. Una fecha que encuentra su ancla en el año 1857, cuando cientos de mujeres de una fábrica de textiles de Nueva York salieron a las calles para marchar contra los bajos salarios que percibían, que eran menos de la mitad de lo que ganaban los hombres por la misma tarea.
En este sentido, la realidad indica que la igualdad real entre géneros sigue siendo una quimera y continúan siendo ellas las que cobran menos, padecen mayor precariedad laboral, tienen una menor presencia en la vida pública y sufren más la violencia. Ni hablar si nos situamos en determinados países o sociedades donde lo tienen aún mucho peor.
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Al respecto, Santamarta quiebra una lanza por España, país al que califica como bastante matriarcal.
"Por poner un ejemplo que no es baladí, las mujeres, se casen o no, conservan sus apellidos, no como en el mundo anglo-sajón que los cambian. Pese a esa imagen negro-legendaria de una España siempre atrasada y sumida con el tema de las religiones, es sorprendente, porque según los baremos estadísticos España es ahora mismo el quinto mejor país del mundo para ser mujer, donde tiene una mayor seguridad pese a la cifra tremenda que hay de feminicidios en todo el mundo", abunda el escritor.
En referencia a su nuevo libro, 'Siempre estuvieron ellas. Galería histórica de hispanas memorables', Santamarta defiende que "la historia siempre se cuenta con las batallas, con las partes más épicas, donde parece que las mujeres se han quedado de lado".
El escritor describe su obra como una suerte de panoplia: "Este libro específico de mujeres es ecléctico, donde se pueden encontrar inventoras, viajeras, catedráticas, doctoras, periodistas, reinas, plebeyas, mujeres del pueblo, corresponsales de guerra. Su objetivo es mostrar que las mujeres 'siempre estuvieron ahí', siempre han sido importantes, y mucho más en el mundo hispano", remarca.
La palabra mujer le dice muchas cosas a Santamarta, quien al capítulo cero de su obra –una suerte de introducción– lo tituló 'Matria', un concepto que quiere reivindicar.
"La madre es a donde siempre vamos y de dónde venimos", reflexiona.
Incide en que a la mujer siempre se le ha querido ver con una debilidad que no es tal. "De la mujer, nuestras madres, abuelas, es de donde aprendemos esa primera parte del conocimiento".
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"Yo creo que incluso la sociedad como tal nace en las cavernas porque la mujer domestica el fuego. Es la que se queda realmente creando, mientras que los hombres estamos en la caza del mamut y en las guerras continuas. Sin embargo la mujer siempre ha estado ahí", enfatiza.
"A las mujeres habría que tenerles siempre el respeto porque además es la única que efectivamente puede dar vida: a partir de ahí cualquier cosa puede ser posible. […] No quieren ser igual que los hombres, sino ser personas tan buenas como cualquier otra. Porque esto no es sólo una cuestión de guerra de sexos: es una cuestión de reconocer a las personas valientes como han sido muchas mujeres de la historia", remarca el politólogo.
Finalmente, Javier Santamarta del Pozo quiere dejar un mensaje. "El movimiento feminista no es una cosa de mujeres: es una cuestión de mujeres y de hombres, y una lucha conjunta por la igualdad ante la ley de derechos. Hombres y mujeres no van a ser iguales por cuestiones incluso básicas, fisiológicas, es normal. […] La igualdad tiene que ser siempre ante la ley, esa es la verdadera igualdad, y sobre todo estar unidos hombres y mujeres por esta lucha. Porque el ser feminista no es una cuestión de derechas ni de izquierdas, ni de hombres ni de mujeres, es una lucha conjunta", concluye.