Unos 3,5 litros fueron hallados en el interior del recipiente, que en su día habría pertenecido a una familia de nobles, según la agencia china de noticias Xinhua. En un primer momento los arqueólogos pensaron que se trataba de vino de arroz debido a su fuerte olor a alcohol ya que ya en otras tumbas datadas de la misma dinastía (202 a.C. — 8 d.C.) se habían encontrado líquidos similares, muy importantes durante los ritos funerarios de entonces.
Además, el sello de la vasija está intacto, lo que evitó durante más de 2.000 años que el líquido se evaporase.
"Es la primera vez que se encuentra medicina de la inmortalidad en China", ha dicho a Xinhua Shi Jiazhen, director del Instituto de Reliquias Culturales y Arqueología de Luoyang.
El líquido es muy importante para aprender más sobre cómo pensaban los chinos que se podía alcanzar la inmortalidad y sobre la propia civilización china", dice Shi. Y es que el deseo de alcanzar la eterna juventud no era nada extraño entre los nobles y los emperadores chinos, quienes morían a causa de ingerir este tipo de elixires.
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En la tumba, de unos 210 metros cuadrados, también se encontraron varias vasijas de colores, objetos de jade y artefactos de bronce.