En el juicio, que previsiblemente terminará este 27 de febrero, Rosell se enfrenta a una solicitud de pena de 11 años de prisión y 59 millones de euros por un delito continuado de blanqueo de capitales y otro delito de organización criminal.
Según la Fiscalía, desde 2006 el ex presidente del Barça y el resto de los acusados conformaron una estructura dedicada al "lavado de capitales a gran escala".
Tanto Rosell como otras 5 personas, están acusadas de blanquear 20 millones de euros de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), de los que Rosell se quedó con al menos 6,5 millones, según la investigación judicial.
En la primera sesión del juicio, los abogados de la defensa señalaron que consideran este procedimiento "desproporcionado y desmesurado".
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Según destacan, los delitos atribuidos a los acusados "no son constitutivos de delito en Brasil ni en Andorra", que son los lugares donde se produjeron los hechos.
Además, el abogado de Rosell solicitó la "libertad de forma inmediata" a Rosell y a su socio, Joan Besolí.
"Si Rosell y su socio Besolí pudiesen comparecer libres sería la mejor garantía que no pesarán para el tribunal otros factores que no sean las pruebas practicadas en este juicio".
En este caso, la defensa se mostró dispuesta a pagar como fianza todo su patrimonio, que asciende a 30 millones de euros.