Pese a que muchas personas creen que al tomar cerveza y vino es mejor empezar por la primera opción, los científicos han comprobado que el orden de la ingesta de las bebidas no afecta en nada la severidad de la resaca.
Para evitar que las características de cada persona influyeran en el resultado, una semana más tarde se repitió el experimento, pero los bebedores cambiaron de grupos. Quien tomó cerveza y luego vino en la primera prueba, fue invitado a tomar vino y luego cerveza en la segunda. En el tercer grupo, los que solo habían bebido una cosa, ahora se bebieron la otra.
Los resultados, publicados en la Revista Estadounidense de Nutrición Clínica (American Journal of Clinical Nutrition) reveló que no importa el orden en el que las bebidas son ingeridas y sí la cantidad de alcohol consumido.
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"La verdad es que beber demasiado de cualquier bebida alcohólica es probable que resulte en una resaca", detalló Joran Kochling, el autor principal del estudio.
Kai Hensel, coautor de la investigación, agregó que "por desagradables que sean las resacas, debemos recordar que tienen un beneficio importante". Ellas son una "señal de advertencia" que ha ayudado a los humanos a lo largo de los siglos a "cambiar su comportamiento futuro", es decir, "aprender de nuestros errores".
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