Así, en una entrevista para la revista Ulisse el astronauta dijo que en el espacio las piernas son inútiles, pero el tener cuatro manos en lugar de dos tendría sus ventajas. De acuerdo con él, un apéndice al final del tronco junto con tantas manos estaría aún mejor.
También, afirma el astronauta, estaría bien realizar modificaciones genéticas con tal de reducir los efectos de la radiación sobre el cuerpo humano. Según explicó, todo esto es posible hoy en día, aunque requiera ciertos esfuerzos.
"Al leer las obras de Julio Verne hoy en día no vemos nada de ciencia ficción. Todo lo que podemos imaginarnos se puede hacer realidad, aunque no siempre sea fácil", dijo.
Con ello, destacó que las cuestiones éticas son algo volátil y sujeto a cambios con el tiempo, razón por la cual no supondrían un problema.
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Mientras tanto, el principal científico del Instituto de Estudios Espaciales de la Academia de Ciencias de Rusia, Nathan Acemont, explicó a Sputnik por qué el astronauta italiano se equivoca.
"Creo que de momento esto está más allá de la ciencia ficción. No es lo que debemos esperar ahora", dijo el experto.
De acuerdo con él, Parmitano tiene algo de razón en cuanto a la existencia de ideas para modificar a los humanos, principalmente en el ámbito de la resistencia a la radiación.
Con ello, dijo Acemont, podemos inspirarnos en la naturaleza. Un ejemplo de ello son las cucarachas, que pueden sobrevivir a unas dosis de radiación que superan en miles de veces los niveles accesibles para los mamíferos.
"Por lo cual, todas estas conversaciones no son completamente infundadas", concluyó el científico.