Ciencia

Astronautas con cuatro manos y algo más, ¿fantasía, o posible realidad futura?

El astronauta italiano Luca Parmitano afirma que los humanos que emprendan viajes espaciales en el futuro se someterán a drásticas modificaciones genéticas para adaptarse mejor a la vida lejos de la Tierra.
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Así, en una entrevista para la revista Ulisse el astronauta dijo que en el espacio las piernas son inútiles, pero el tener cuatro manos en lugar de dos tendría sus ventajas. De acuerdo con él, un apéndice al final del tronco junto con tantas manos estaría aún mejor.

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Otros cambios genéticos que él considera necesarios para poder emprender viajes espaciales de larga duración es dotar a los humanos de la habilidad de hibernar, como por ejemplo lo hacen los osos durante los meses de invierno.

También, afirma el astronauta, estaría bien realizar modificaciones genéticas con tal de reducir los efectos de la radiación sobre el cuerpo humano. Según explicó, todo esto es posible hoy en día, aunque requiera ciertos esfuerzos.

"Al leer las obras de Julio Verne hoy en día no vemos nada de ciencia ficción. Todo lo que podemos imaginarnos se puede hacer realidad, aunque no siempre sea fácil", dijo.

Con ello, destacó que las cuestiones éticas son algo volátil y sujeto a cambios con el tiempo, razón por la cual no supondrían un problema.

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Mientras tanto, el principal científico del Instituto de Estudios Espaciales de la Academia de Ciencias de Rusia, Nathan Acemont, explicó a Sputnik por qué el astronauta italiano se equivoca.

"Creo que de momento esto está más allá de la ciencia ficción. No es lo que debemos esperar ahora", dijo el experto.

De acuerdo con él, Parmitano tiene algo de razón en cuanto a la existencia de ideas para modificar a los humanos, principalmente en el ámbito de la resistencia a la radiación.

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No obstante, nadie tiene propuestas concretas en cuanto a la realización práctica de estas ideas que vayan más allá de las conversaciones, añadió el científico. Razón por la cual, teniendo en mente la cuestionabilidad de los éxitos de la genética moderna, es una idea muy arriesgada hacer pronósticos incluso para un futuro lejano.

Con ello, dijo Acemont, podemos inspirarnos en la naturaleza. Un ejemplo de ello son las cucarachas, que pueden sobrevivir a unas dosis de radiación que superan en miles de veces los niveles accesibles para los mamíferos.

"Por lo cual, todas estas conversaciones no son completamente infundadas", concluyó el científico.

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