"Rusia y otros países, entre ellos China e Irán, realizaron campañas de influencia y propaganda dirigidas contra EEUU y orientadas a promover sus propios intereses estratégicos", dice el comunicado.
A la vez, se constata que la Comunidad de Inteligencia de EEUU no halló nada que apunte a que "resultase comprometida de alguna manera la infraestructura electoral de la nación o que algo impidiese la votación, afectase los resultados del escrutinio o obstaculice el cómputo de los votos".
El informe en cuestión de los servicios de Inteligencia de EEUU fue entregado a los departamentos de Justicia y de Seguridad Nacional estadounidenses y si estos confirman las conclusiones que contiene, se proseguirá a una introducción automática de sanciones contra Moscú, Pekín y Teherán en virtud de la ley Caatsa para Contrarrestar a los Adversarios de EEUU a través de Sanciones.
Estados Unidos acusó en retiradas ocasiones a las autoridades rusas de orquestar una injerencia en los procesos democráticos norteamericanos.
Moscú rechaza esas acusaciones, subrayando que carecen de fundamento.
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El presidente ruso, Vladímir Putin, declaró que las acusaciones contra Rusia forman parte de un juego político interno de EEUU, y lamentó que dañen las relaciones bilaterales.
Las elecciones de medio mandato que se celebraron en EEUU el 6 de noviembre renovaron la totalidad de la Cámara de Representantes, que quedó con mayoría del opositor Partido Demócrata y una fracción del Senado, donde se mantuvo el liderazgo del gobernante Partido Republicano.