Un ejemplo de ello, es la nave espacial Soyuz. El cohete ruso que lleva a los astronautas a la Estación Espacial Internacional [EEI] excede con diferencia a los transbordadores espaciales estadounidenses.
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Los problemas de los trajes espaciales se hicieron notorios tras el incidente con el astronauta italiano Luca Parmitano, que tuvo lugar hace cinco años. Como todos los astronautas europeos, llevaba un traje estadounidense. Primero su sensor de dióxido de carbono se estropeó, luego sintió agua en la parte posterior de su cabeza; finalmente, el agua empezó a correr por su cara. El accidente reveló el estado crítico de los trajes espaciales estadounidenses.
Los cosmonautas rusos Oleg Kononenko y Serguéi Prokópiev que se encuentran en la EEI ya han utilizado el nuevo equipo durante su última caminata espacial.
Aunque la NASA está desarrollando nuevos trajes, podrían pasar algunos años más antes de que estén listos para las pruebas.