La mina de carbón más septentrional del mundo solía funcionar aquí, y había unos 1.000 residentes, pero a finales de la década de 1990 se cerró, pero el asentamiento se mantiene bien conservado. Ahora es popular entre los turistas que vienen aquí para apreciar su estética soviética, escribe Izvestia.
El yacimiento de carbón fue descubierto aquí ya en 1910, y antes de la Revolución rusa de 1917 pertenecía a una empresa ruso-inglesa. A principios de los años 1930, pasó a ser propiedad del consorcio soviético Arktikugol. El asentamiento fue construido después de la guerra, en los años 1946-1947.
Al principio, unos 600 exploradores polares vinieron al pueblo, y entre 1960 y 1980, unas 1.000 personas vivieron aquí de forma permanente. Se creó toda la infraestructura necesaria para ellos, incluso había una piscina, un gimnasio, un jardín de invierno y un cine.
Hace unos años, el pueblo comenzó a renacer. Fue renovado, pero conservando el diseño soviético que tanto atrae a los turistas. La mayoría de los locales siguen vacíos gran parte del tiempo, pero a diferencia de muchos otros asentamientos olvidados o abandonados, no causan una impresión deprimente.
Ahora hay tres personas que viven en el pueblo de manera permanente, y unos 20 más que vienen aquí en el verano, principalmente para la investigación científica.
Actualmente el consorcio Arktikugol y el gobernador de Svalbard se ocupan conjuntamente de la conservación de los edificios locales. La mayor parte del archipiélago está bajo la jurisdicción de Noruega.