Según los informes oficiales, a lo largo de 17 años de conflicto, Estados Unidos gastó un total de 1,07 billones de dólares.
Si EEUU gastara 175.000 millones de dólares anuales, le bastarían 20 años para acabar con la pobreza en el mundo. Es decir, una suma solo 3.5 veces mayor que el presupuesto de la campaña afgana sería capaz de cambiar la situación en todo el mundo, según calcula Borgen Project.
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En cuanto a otros objetivos relacionados con la defensa, EEUU habría logrado poner fin al desastre del F-35.
Otra opción —algo extravagante y costosa— sería pagar por discursos de Hillary Clinton. Luego de dejar el cargo de secretaria de Estado de EEUU en 2013, la política recibió un total de 22 millones de dólares como honorarios por sus presentaciones.
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EEUU lanzó en 2001 una operación antiterrorista en Afganistán y más tarde —con el mandato del Consejo de Seguridad de la ONU— en el país desplegó la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) al mando de la OTAN.
El grueso del contingente de la OTAN se retiró de Afganistán en 2014, y el 1 de enero de 2015 lo vino a sustituir una nueva misión, llamada Apoyo Decidido —Resolute Support, en inglés—.
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