"El 22 de noviembre, la embajada envió otra nota a la Cancillería británica sobre el incidente en Salisbury, el documento subraya la clara violación del derecho internacional por parte de Londres, quien denegó a Rusia su derecho legal a recibir información completa sobre los ciudadanos rusos, que todavía permanecen aislados bajo el control de las autoridades británicas", dice el comunicado al que tuvo acceso Sputnik.
Además, según la embajada, el Reino Unido ignoró la cooperación en virtud de la Convención sobre la Prohibición de las Armas Químicas.
"Durante los últimos nueve meses después del incidente en Salisbury, la embajada envió varias docenas de notas y cartas al Ministerio de Asuntos Exteriores, al Ministerio del Interior, a la policía del Reino Unido con numerosas preguntas sobre la ubicación de las víctimas, los síntomas de su envenenamiento, los métodos de tratamiento utilizados por los médicos, las investigaciones policiales, las muestras de sustancias y biomateriales presuntamente utilizadas, las evidencias capaces de descubrir la verdad", dice la nota.
Serguéi Skripal, exoficial de la inteligencia militar rusa reclutado en los años 90 por el servicio secreto británico MI6 y naturalizado en el Reino Unido, y su hija Yulia, fueron hallados inconscientes a principios de marzo pasado cerca de un centro comercial en la ciudad británica de Salisbury tras sufrir una intoxicación con una sustancia neuroparalizante, según la versión que defiende Londres.
Después de recibir el alta médica, los dos fueron supuestamente trasladados a un lugar secreto.
La policía británica asegura que la sustancia utilizada para envenenar a los Skripal provocó una intoxicación accidental de dos personas más en Amesbury, una de las cuales falleció.
Nada más abierta la investigación, que según Scotland Yard se prolongaría por varios meses, Londres responsabilizó a Moscú de estar detrás del envenenamiento.
Moscú rechaza de plano las acusaciones de Londres, que considera infundadas, y envió cerca de 60 notas diplomáticas a la Cancillería británica reclamando acceso a las pruebas para poder colaborar con la investigación, así como a los Skripal, que son ciudadanos de Rusia.