Las maniobras involucraron a los "asesinos de submarinos": las fragatas Almirante Makarov y Almirante Essen, que junto con los aviones de cubierta, practicaron la detección de submarinos de un enemigo virtual, observa el periodista.
Según Maier, los ejercicios de los buques de guerra de la Armada rusa frente a las costas de Siria son una "señal para EEUU", cuyas tropas también están desplegadas en la región.
"Al reforzar su presencia naval en las aguas frente a Siria, Rusia intenta mostrar, sobre todo a los estadounidenses, que apoya al Gobierno legítimo del presidente Bashar Asad y que no permitirá una invasión de la OTAN. Sin la presencia militar rusa sobre el terreno, los angloamericanos habrían intensificado desde hace tiempo sus ataques contra las instituciones gubernamentales sirias y habrían seguido adelante con el cambio de régimen previsto desde hace muchos años", concluye Marco Maier.
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