"Confío en que se reconozca, a lo largo y ancho del Parlamento, que un acuerdo es mejor que no tener acuerdo", señaló Liam Fox, ministro de Comercio Internacional.
Gove lideró la campaña oficial del 'fuera' de la UE junto al ahora ex canciller Boris Johnson, a quien traicionó postulándose como líder del partido conservador, lo que finalmente le abrió el camino a May.
Esta vez ha decidido mantenerse "absolutamente" leal a la primera ministra y alzarse en su defensa en este momento de crisis de liderazgo en el Ejecutivo conservador.
"Quiero continuar trabajando con todos mis colegas en el Gobierno y el Parlamento para asegurar el mejor futuro para el Reino Unido", señaló Gove a los medios.
El ministro ha rechazado al parecer la más alta responsabilidad del ministerio de la salida de la UE porque May le habría cerrado la opción de intentar modificar el acuerdo del Brexit al ofrecerle el cargo.
Pero los 'brexiteros' que quedan en el Gabinete conservador no se han dado por vencidos y, según los medios, maquinarán vías para reformar el pacto de divorcio en reuniones previstas este fin de semana.
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Mientras, los parlamentarios radicales tories ultiman los cartuchos de un potencial golpe de censura contra su líder.
Los 'brexiteros' pueden conseguir suficientes firmas en el ambiente de creciente crispación con su líder pero no tienen asegurada la victoria final.
May salvaría su cargo con una mayoría simple de apoyos entre los 315 miembros actuales del grupo parlamentario conservador.
Mientras, la primera ministra readmitió en el Gabinete a la europeísta Amber Rudd, tras su cese por un escándalo de Inmigración respecto a las primeras oleadas de ciudadanos caribeños destapado en el verano.
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Rudd ha reemplazado a la dimisionada Esther McVey como ministra de Trabajo y Pensiones.
El Ministerio del Brexit recayó finalmente en Stephen Barclay, quien sube escalafones desde Sanidad y votó por la salida de la UE en el referéndum de 2016.