Este grupo parlamentario, respaldado por las empresas del agro-negocio, ha impulsado varias iniciativas en el Congreso brasileño. Entre ellas destacamos el uso de agrotóxicos, el cultivo de transgénicos y la explotación de los recursos naturales de las zonas protegidas en el Amazonas. Al tener el territorio brasileño la mayor parte del Amazonas, Bolsonaro amenazará la preservación de la biodiversidad y las comunidades indígenas.
Actualmente, el Gobierno brasileño protege la región amazónica por medio de la designación de parques nacionales, bosques protegidos, corredores ecológicos, entre otros espacios. En este régimen, las áreas protegidas reciben financiamiento gubernamental para la construcción de obras públicas y la prestación de servicios enfocados a la preservación de las comunidades y los ecosistemas. Sin embargo, la ganadería y el cultivo de soja en grandes extensiones de tierra han contribuido a su deforestación. El Gobierno de Bolsonaro tendrá que echar mano de cambios en la ley para explotar las riquezas naturales localizadas en áreas protegidas, pues en la Constitución está estipulado que las áreas protegidas solo pueden ser alteradas mediante la aprobación de una ley.
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Pese a haber obtenido una amplia ventaja sobre Haddad, Bolsonaro consiguió solo 52 de los 520 escaños del Congreso; en consecuencia, tendrá que negociar con los demás partidos para poder explotar los recursos del Amazonas. Los congresistas del Partido Social Liberal piensan apoyarse en los partidos de diversos grupos políticos —católico, armamentístico y agro-negocio—. Así, estas iniciativas serán apoyadas por los sectores más conservadores de la sociedad brasileña, que sin duda alguna tratarán de crear un clima de miedo para conseguir el aval de la sociedad hacia las reformas. Si los partidos de izquierda no hacen un trabajo de base con la población, el conservadurismo tomará fuerza entre la sociedad, fortaleciendo la xenofobia, la discriminación y la intolerancia.
Por otra parte, las actividades del agro-negocio, al destruir los ecosistemas del Amazonas, seguirán incrementando las emisiones de dióxido de carbono. En cuanto a la emisión de CO2, Brasil se ha mantenido en el séptimo lugar a escala global, pues el Gobierno ha venido incumpliendo sus compromisos con el Acuerdo Climático de París. En el acuerdo, el Gobierno se comprometió a disminuir la deforestación y aumentar el número de áreas protegidas. Bajo el Gobierno de Bolsonaro, el cambio climático se agravará mediante actividades que atentan contra el medio ambiente, como el monocultivo de soja, la minería a cielo abierto y la instalación de grandes presas eléctricas en el Amazonas.
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Estas actividades provocarán la destrucción de parte del Amazonas y el aumento de la temperatura del planeta. Entre las repercusiones de este fenómeno, encontramos la desertificación, la extinción de especies, la alteración del ciclo del agua y desastres naturales, entre otros. Al depender de la naturaleza, la raza humana se encuentra amenazada por el cambio climático, de suerte que la preservación del Amazonas es clave para poder revertir el calentamiento global. De hecho, el futuro presidente Jair Bolsonaro mencionó recientemente que evaluará si Brasil abandonará el Acuerdo Climático de París, pero no ha asegurado la preservación del Amazonas.
No menos importante es que la supervivencia de las comunidades indígenas está en riesgo, ya que representan apenas un 0,4% de la población total. Bolsonaro declaró, en su campaña electoral, que no les iba a dar un centímetro cuadrado más de tierra. Cabe recordar que las comunidades indígenas han sido continuamente exterminadas a lo largo de la historia de Brasil. Desde los tiempos de la colonia, las comunidades fueron sometidas a la prolongada esclavitud de Portugal y, hasta nuestros días, son perseguidas por oponerse a las actividades de extracción. La resistencia de las comunidades aumentará ahora con el Gobierno de Bolsonaro, que no dudará en intensificar la militarización de la región amazónica.
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Ya el Amazonas ha sido objeto de una fuerte presencia de las Fuerzas Armadas de Brasil por problemas de narcotráfico, trata de personas y violencia producto de la pobreza extrema.
El triunfo de Jair Bolsonaro constituye un retroceso para América Latina. El de Bolsonaro será un Gobierno que apoyará la destrucción de la naturaleza, el despojo de tierras de las comunidades indígenas y la criminalización de la protesta social. Será necesario que la población brasileña se movilice para frenar las reformas que el Partido Social Liberal se propone llevar adelante. De lo contrario, los brasileños verán cómo son privatizadas las riquezas naturales del Amazonas.
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