Hasta la mitad del siglo XX, recordó, se consideraba que el género humano se originó en África y evolucionó de la especie de Australopithecus hacia la especie de Homo erectus y a partir de esta, hacia Homo neanderthalensis, hasta evolucionar en la moderna de Homo sapiens sapiens. Los científicos coinciden en que Homo erectus procede de África e inició su existencia hace 1,8 millones de años.
"En nuestro instituto se desarrolló una nueva hipótesis, sobre que descendemos de cuatro subespecies (…), las de África (Homo sapiens africaniensis), de Europa (Homo sapiens neanderthalensis), de Asia Central y del Norte (Homo sapiens altaiensis) y creo que el hombre moderno de especie Homo sapiens orientalensis se evolucionó en el Este y el Sudeste Asiático", dijo Derevianko.
Los científicos, prosiguió, llegaron a esa conclusión tras secuenciar el ADN de un hueso de un dedo perteneciente a una niña de 9-12 años hallada en 2008 en la cueva de Denísova, en los montes de Altái; se descubrió que la niña no era neandertal pero tampoco evolucionó hacia la especie moderna.
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La nueva especie recibió el nombre de Homo sapiens altaiensis u hombre de Denísova.
Los científicos demostraron que el genoma de todos los hombres modernos, excepto los africanos, tiene un 1-2% de los neandertales, y el genoma de las etnias del Este y el Sudeste Asiático, hasta 5-7% del hombre de Denísova.
Sin embargo, constató el científico, para confirmar la teoría es necesario demostrar que en el Este y el Sudeste Asiático evolucionó la especie de homo sapiens orientalensis.
Al mismo tiempo subrayó que ya fueron hallados más de 10 artefactos antropológicos de hace entre 110.000 y 40.000 años que confirman que en aquel período en China ya emigraban los hombres modernos.