En la marcha, que comenzó en la céntrica Puerta del Sol y terminó frente a la catedral, participaron políticos como el edil de Ahora Madrid Carlos Sánchez Mato y varios colectivos de memoria histórica, víctimas del franquismo y organizaciones vecinales y sindicales.
Los convocantes protestaron contra la decisión del traslado de los restos de Franco, pues temen que la zona se convierta en un lugar de "peregrinación fascista", y piden que la sepultura sea en el panteón familiar que los Franco tienen en el cementerio de Mingorrubio en El Pardo al tratarse de "un asunto privado".
"No es buena idea llevar a Franco a la Plaza de Oriente porque se puede convertir en un lugar de referencia para el fascismo", advirtió el presidente de Foros por la Memoria, Arturo Peinado.
Los manifestantes denunciaron en un manifiesto que la Iglesia católica española "ampara al fascita Franco" y exigieron también una Ley de Víctimas del Franquismo que repare los crímenes de la dictadura para que estos no queden impunes.
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"Una democracia sana y madura ensalza y rinde homenaje a personas que han construido una nación en base a valores democráticos, no a quienes han provocado muerte, sangre, guerra, bombardeos, represión, destrucción, dictadura y terror", afirman en el manifiesto.
Los manifestantes consideran que "enterrar a un dictador en un lugar tan privilegiado como la catedral de la Almudena no es propio de una era democrática".
"Entiérrenlo en un cementerio común, como se hace con el resto de los mortales. ¡No ensalcen a un dictador, no entierren a Franco en la Catedral de la Almudena!", proponen los colectivos antifranquistas.