El 13 de septiembre el diario publicó un artículo titulado 'La vista de Nikki Haley de Nueva York no tiene precio. ¿Sus cortinas? $52.701'. El artículo sugiere inequívocamente a quién hay que culpar por el despilfarro.
El artículo provocó una reacción de indignación entre los opositores a la Administración Trump.
Sin embargo, a pesar de que las cortinas se instalaron después de que Nikki Haley ocupara el puesto de la embajadora de EEUU ante la ONU, se habían ordenado durante la presidencia de Barack Obama.
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El diario incluyó una cita del portavoz de Haley que aclaraba este importante detalle, pero la puso al final del artículo.
Muchos funcionarios de alto nivel se pronunciaron en defensa de Haley y criticaron al diario por promover su enfoque político con un titular claramente engañoso. Algunos también señalaron que no vale la pena fiarse de los medios 'mainstream'.
"¿Por qué se desconfía de los medios 'mainstream'? Ejemplo #1,490
Titular: El Departamento de Estado gastó $52,200 en las cortinas de los apartamentos de Nikki Haley
Reacción de los medios: Escándalo
Hecho: Las cortinas se habían ordenado por la Administración Obama
Reacción de los medios: Silencio (en busca del próximo escándalo)", escribió en su cuenta de Twitter el periodista Charles V. Payne.
En respuesta a la negativa reacción, The New York Times cambió el titular por el de 'Departamento de Estado gastó 52.701 dólares en unas cortinas para la residencia del enviado de la ONU' y emitió una corrección, donde admitió que "la versión anterior del artículo y el titular crearon una impresión injusta acerca de quién era el responsable de la compra".
Recientemente, aseguró que "si hay armas químicas que se usan [en Siria], sabemos exactamente quién las va a utilizar". Es decir, designó al culpable sin crimen cometido, ni hablar de las evidencias.
Además, en julio de este año, Haley afirmó que "EEUU no confía ni en Rusia ni en el presidente Vladímir Putin. Esta es la razón por la que Washington y Moscú nunca serán amigos". Estas palabras contradicen la intención del presidente estadounidense, Donald Trump, de mejorar las relaciones con Rusia.