Contante y sonante

La ropa y los cosméticos que usas podrían terminar en tu plato

Ocho millones de toneladas de plástico entran en el océano cada año. Entre 2002 y 2013, la producción anual de plástico, no sólo no disminuyó a nivel mundial sino que aumentó casi un 50%. Parte de ese plástico no se se ve a simple vista pero genera daños de enormes dimensiones.
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Los más grandes miden cinco milímetros, los más pequeños son invisibles al ojo humanos. Así son los microplásticos que están arruinando los ecosistemas de ríos y de mares en todo el mundo.

Vivir sin plástico es más difícil de lo que creíamos ¿será realmente posible?
¿Las causas? Una de ellas es la degradación en partículas más pequeñas de los plásticos grandes como bolsas, botellas o cualquier plástico que utilicemos. Pero no solo eso, las fibras microscópicas que se vierten a los cauces de agua cada vez que las lavamos, o las microesferas de pastas dentales, exfoliantes y muchos otros productos también viajan por los desagües.

Flotan y así se convierten en comida de pequeños organismos como el plancton o peces que luego comemos. Lo mismo sucede con el agua que bebemos, de la cual las cifras son alarmantes. En Contante y Sonante conversamos con la doctora Lorena Ríos, profesora asociada de química en la Universidad de Wisconsin, especialista en el estudio de compuestos orgánicos tóxicos resistentes absorbidos en los plásticos, quien se refirió al impacto de estos plásticos en la cadena trófica.

Además consultamos a Estefanía González, coordinadora de campañas y océanos en Greenpeace Andino sobre el rol de la sociedad civil en la toma de decisiones y en el ejercicio de los derechos de los consumidores. De igual forma hablamos sobre una corriente económica que brinda alternativas a las formas de producción actual. Por ello hablamos con Gerardo Wijnant, presidente de la Asociación de Fomento de Economía del Bien Común en Chile. Todo esto y más en este Contante y Sonante.

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