El Estado Mayor Conjunto de EEUU estaba considerando la posibilidad del exterminio en masa de los ciudadanos de estos países.
Al mismo tiempo, Estados Unidos no descartaba un exterminio en masa de civiles. De acuerdo con las estimaciones de 1961, la puesta en marcha del plan implicaba la destrucción del 71% de los habitantes de las ciudades soviéticas y el 53% de las chinas.
Según las estimaciones de 1962, el plan podría causar la muerte de unos 70 millones de ciudadanos soviéticos. El Estado Mayor Conjunto incluso estaba considerando la idea de eliminar la población para así obtener la victoria sobre la Unión Soviética.
En otro informe del Pentágono, realizado en 1964, se indicó que una tasa de mortandad del 30%, es decir, 212 millones de personas de la población total de China, sería todo un logro y requeriría de un esfuerzo exorbitante.
Más: Cómo la URSS previno la guerra nuclear entre EEUU y China
Esto se debe a la organización política administrativa de China para aquel momento. El gigante asiático era un país rural, por lo que la mayoría de la población vivía en el campo. Un ataque a una gran cantidad de ciudades solo hubiese logrado el exterminio de una pequeña fracción de la población total.