Fue en 1901 cuando la esposa del fundador de la Universidad de Stanford adquirió una momia, pero cinco años después, el sarcófago sufrió graves daños en un terremoto. Más tarde, el objeto permaneció en el museo de la institución educativa sin que los científicos advirtieran las inscripciones sobre él.
Con ayuda de expertos en egiptología, Algaze descifró el texto y supo que los restos eran de una mujer llamada Senchalanthos. El epitafio decía: "Que su nombre rejuvenezca día tras día".
Las características del texto permitieron revelar que la mujer egipcia murió durante el periodo helenístico de Egipto (no antes del año 30 antes de Cristo).
"Es uno de los descubrimientos más sorprendentes de la colección. Las inscripciones son una de las cosas que más inspiran a los egiptólogos", comentó Christina Hodge, experta de la Universidad Stanford.
La científica destacó lo extraordinario de que los textos antiguos sobrevivieran a un terremoto y que permanecieran tantos años sin que los detectaran.