En esta ocasión las protestas se han concentrado en Chemnitz, una pequeña ciudad del este del país, donde un ciudadano alemán murió presuntamente apuñalado después de tener una discusión con migrantes.
Los medios locales informan que el tribunal administrativo de la ciudad emitió una orden de detención contra un sirio de 23 años y un iraquí de 22 como sospechosos del asesinato. Se precisa que la noche del sábado después de una discusión los dos extranjeros habrían apuñalado varias veces al ciudadano alemán, de 35 años, que ese mismo día falleció a causa de las heridas.
Ya para el domingo el incidente provocó una manifestación no autorizada en el centro de la localidad que reunió a centenares de personas, obligando a las autoridades a suspender una fiesta local. Las protestas no cesan por varios días y la ciudad de Chemnitz se ha convertido en un nuevo foco de enfrentamiento entre partidarios y detractores de la política de asilo alemana hacia migrantes provenientes de Oriente Medio y el continente africano.
El portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert, declaró que Berlín condena las protestas y las tachó de manifestaciones de odio. "En Alemania no debe haber cabida para los linchamientos, la intolerancia, el extremismo y los grupos que quieren propagar el odio en las calles", dijo Seibert.