"La nueva ronda de sanciones solo aportará una tensión adicional", dijo agregando que las restricciones estadounidenses ya se han convertido en un "asunto rutinario".
El Departamento de Estado de EEUU anunció el 8 de agosto la imposición de restricciones a Rusia por su presunta implicación en un intento de homicidio del exagente Serguéi Skripal y su hija Yulia con un agente nervioso.
Rusia rechaza las acusaciones y propone efectuar una investigación conjunta de ese incidente, pero Londres no lo acepta.
Según autoridades británicas, Serguéi Skripal, exoficial de la inteligencia militar rusa reclutado en los años 90 por el servicio secreto británico MI6 y naturalizado en el Reino Unido, y su hija Yulia, fueron hallados inconscientes en marzo pasado cerca de un centro comercial en la ciudad británica de Salisbury.
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Nada más abierta la investigación, que según Scotland Yard se prolongará por varios meses, Londres responsabilizó a Moscú de estar detrás del envenenamiento y catalogó el arma como agente neuroparalizante A234 (de clase Novichok), supuestamente desarrollado por químicos rusos.
El excanciller británico, Boris Johnson, afirmó en marzo pasado tener "pruebas aturdidoras" de la culpa de Moscú, pero resultaron ser falsas, el jefe de un laboratorio secreto del Ministerio de Defensa británico reconoció más tarde que los expertos no lograron determinar la procedencia del agente tóxico que, según la parte británica, se aplicó a los Skripal.