El Ministerio ruso emitió este 21 de agosto un comunicado en que recordó que el embajador de Afganistán en Moscú, Abdul Kuchai, afirmó que "Rusia supuestamente planea emplear el movimiento de los talibanes contra el Estado Islámico en Afganistán".
"Queremos declarar con toda claridad que las afirmaciones del jefe de la misión diplomática afgana en Moscú no corresponden a la realidad y tergiversan el sentido de la política de Rusia en Afganistán", dice la nota.
El Ministerio de Exteriores ruso indicó que "no es la primera vez que Kuchai hace estas declaraciones, basadas en manifiestas patrañas".
"Es lamentable que el embajador afgano, en vez de contribuir a mantener un clima de cooperación y confianza mutua entre Rusia y Afganistán, tome medidas que dan el resultado contrario", apunta el texto.
"Es de lamentar que los talibanes hayan rechazado el alto el fuego y significa que deben continuar los esfuerzos que emprende la comunidad internacional para promover el proceso de paz en Afganistán", indico la Cancillería rusa.
Moscú destaca que aplaude la iniciativa del presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, sobre un nuevo alto el fuego.
El 19 de agosto, Ghani anunció un nuevo alto el fuego en la lucha contra los talibanes, en vigor a partir del 20 de agosto.
La propuesta consiste en que el armisticio se prolongue por tres meses, hasta el cumpleaños del profeta Mahoma que se celebrará en noviembre.
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El presidente afgano advirtió que será una tregua condicional: se mantendrá siempre y cuando los talibanes la respeten.
"La nueva reunión de Moscú será la segunda de este tipo, a diferencia de la anterior estará copresidida por Rusia y Afganistán, igual que para el primer encuentro, la invitación fue enviado a 12 Estados, incluido EEUU", dice el comunicado publicado en el sitio web del ente.
Además, a la reunión fueron invitados dirigentes de la oficina política del movimiento Talibán (proscrito en Rusia) en Doha, Catar.
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La nota agrega que las consultas en Moscú buscarán impulsar un diálogo directo sobre la paz entre los talibanes y el Gobierno afgano.
Afganistán vive una situación de inestabilidad política, social y de seguridad a raíz de los ataques que lanza el Talibán y, desde 2015, el grupo terrorista ISIS (autodenominado Estado Islámico), ambos prohibidos en Rusia, pese a la presencia militar de EEUU y otros países de su órbita.
Según la ONG Acción contra la Violencia Armada (AOAV, por sus siglas en inglés), que tiene su sede en Londres, tan solo en la primera mitad de 2018 se registraron más de 2.000 civiles muertos por ataques terroristas, lo que en comparación con los datos del mismo período del año anterior —1.581 fallecidos— supone un incremento del 27%.