Según afirma un equipo de investigadores de Bélgica, Reino Unido y Francia, algunas de las personas enterradas entre las piedras del misterioso monumento megalítico llegaron a la región desde las montañas de Preseli —ahora el oeste de Gales—, recorriendo una distancia de más de 220 kilómetros.
Sin embargo, "las altas temperaturas alcanzadas durante la cremación, de hasta 1.000 grados, destruyen toda la materia orgánica, incluido el ADN. Esto limita la cantidad de información que se puede obtener", reveló el encargado del estudio, Christophe Snoeck, de la Universidad Libre de Bruselas.
No obstante, los investigadores europeos lograron determinar el origen de las personas enterradas en el monumento a través de un análisis de isótopos de estroncio y llegaron a la conclusión de que los cráneos de al menos 10 de las 25 personas sepultadas en Stonehenge tenían proporciones de isótopos de estroncio equiparables a las de los residentes del oeste de Gran Bretaña, en particular, del oeste de Gales.
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"Nuestros resultados subrayan la importancia de las conexiones entre diferentes regiones —que implicaban tanto movimientos de materiales como de personas— en la construcción y en el uso de Stonehenge", subrayó Snoeck y también afirmó que el reciente descubrimiento constituye una prueba de que "los contactos e intercambios en el Neolítico, desde hace 5.000 años, se hacían a gran escala".