"Me comuniqué con Nelson Chamisa para debatir cómo aliviar la situación lo antes posible. Debemos mantener este diálogo para preservar la paz", escribió Mnangagwa en su cuenta de la red social Twitter.
También llamó a realizar una investigación independiente de los actos de violencia registrados en Harare.
El 1 de agosto en Harare se escucharon disparos, la Policía utilizó gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los manifestantes, y poco después entraron equipos militares.
De acuerdo a la Policía, tres personas perdieron la vida durante las protestas.
El presidente Mnangagwa declaró que el opositor Movimiento por el Cambio Democrático debe responsabilizarse de los actos de violencia.
A su vez, los representantes de Nelson Chamisa denunciaron que las acciones emprendidas por el Ejército fueron "desproporcionadas" e "injustificadas".
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El 30 de julio Zimbabue celebró elecciones presidenciales y parlamentarias, por primera vez sin la presencia de Robert Mugabe, que llevaba 37 años gobernando el país hasta su renuncia en 2017.
Sin embargo, este 1 de agosto la gobernante Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), encabezada por Mnangagwa, se atribuyó el triunfo y la mayoría de los escaños en la cámara baja del Parlamento.
Por su parte, Chamisa escribió en su cuenta de Twitter que las manipulaciones "no lograron doblegar su voluntad".
Robert Mugabe se vio obligado a dimitir a finales de noviembre de 2017 por presiones de la cúpula de ZANU-PF y del Ejército, que intervino en la crisis política provocada por la destitución del entonces vicepresidente Mnangagwa.