"La promulgación de la Ley del Estado-Nación se hizo apresuradamente", señaló Kahlon en una entrevista a la Radio del Ejército israelí.
El ministro y líder del partido centrista Kulanu subrayó: "Nos equivocamos y tenemos que arreglarlo".
Los diputados de la Kneset (Parlamento israelí) Akram Hasoon (Unión Sionista), Saleh Saad (Unión Sionista) y Hamad Amar (Israel, nuestro hogar) denunciaron la ley ante la Justicia.
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Los demandantes pidieron que se anule o que se eliminen parte de la misma que infringen los derechos básicos, incluyendo el de igualdad, y alegan que en la ley, las minorías no tienen estatus.
El ministro de Educación israelí, Naftali Bennett, que votó a favor de la ley, admitió el 25 de julio que la norma hiere los sentimientos de la comunidad drusa.
"Son nuestros hermanos de sangre, que están con nosotros, codo con codo en el campo de batalla y que llevan a cabo una vida en alianza con nosotros. El Gobierno de Israel tiene la responsabilidad de reparar esta fisura", señaló Bennett.
Durante años, la ley y versiones anteriores de la misma mucho más discriminatorias hacia las comunidades no judías, ha sido promovida por la ministra de Justicia, Ayelet Shaked, del partido de Bennett.