Los diputados "tories" impulsaron una enmienda que no fue aprobada por la falta de sólo 6 votos, al exigir la continuidad en la unión aduanera si al 21 de enero de 2019 no hubiese pacto con el bloque acerca de la futura relación bilateral.
Esta misma debilidad quedó reflejada en otra enmienda de los tories, aprobada por 305 votos frente a 301, que obliga a mantener como objetivo clave en las negociaciones la adhesión al marco regulatorio de la Agencia Europea de Medicamentos.
"Desde el primer día se supo que el hecho de haber votado Brexit no significaba que se dejase la UE porque iba a ver, y de hecho la ha habido, mucha presión política en contra de ese movimiento", indicó a Sputnik el analista internacional Gonzalo Cañete.
En este sentido, el creador del canal especializado Brújula de Mercado resaltó que "estamos viendo que en un país rico como Reino Unido da igual que la gente vote una cosa o la otra. En realidad lo que vemos es que el interés económico es tan fuerte que hace que veamos a personalidades como la primera ministra contradecirse y negociar a espaldas del Partido Conservador con (la canciller alemana, Angela) Merkel".
Cañete se refiere al interés de dirigentes "tories" de enjuiciar políticamente a May al punto de hacerle perder el Gobierno, por haber acordado determinados puntos sobre el Brexit con Merkel, a espaldas del partido.
Este escenario de incertidumbre e inestabilidad para es una "oportunidad única" para los laboristas, destacó Cañete, al recordar que a poco de confirmarse que el Brexit había triunfado, "empezaron a hacer comentarios acerca de que se podía deshacer todo si ellos ganaban".
Sin embargo, esta semana ha logrado sortear una nueva barrera para el Brexit suave que está proponiendo, muy lejano de aquel "Brexit es Brexit y lo convertiremos en una victoria" que pronunció cuando asumió el cargo tras el referéndum de 2016.