Si bien varias publicacionesde la prensa británica coquetearon con la idea de que el dirigente europeo podría haber estado ebrio, poco después del episodio el propio portavoz de la Comisión, Margaritis Schinas, aclaraba que Juncker sufre de ciática y que él mismo había avisado antes de lo ocurrido de que su condición le impide caminar.
"El presidente sufrió el miércoles por la noche de un ataque especialmente de fuerte de ciática acompañada de calambres. Él mismo lo hizo público en el pasado, que su ciática afecta a su capacidad para caminar (…) Ya se está medicando y se siente mejor", ha explicado Schinas.