Según comunica Defense News, desde 2016 se han cancelado más de 500 vuelos, así como uno de cada doce sobrevuelos de Rusia desde 2015. Esta situación preocupa a los congresistas del estado de Nebraska, quienes pidieron a la secretaria de la Fuerza Aérea de EEUU, Heather Wilson, estudiar los problemas y declarárselos al Congreso.
Rusia, mientras tanto, finaliza con éxito la mayor parte de los vuelos planificados. Uno de los congresistas afirma que esta situación pone a EEUU en "una situación incómoda".
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Otros aviones estadounidenses también sufren constantes problemas. Así, a principios de junio la Fuerza Aérea de EEUU decidió suspender los vuelos de los bombarderos estratégicos B-1B Lancer después de detectar problemas con el sistema de catapultado.