Economía

¿Cuánto debe Rusia y vale la pena aumentar la deuda externa?

Los acreedores extranjeros están preocupados por la deuda externa demasiado pequeña de Rusia y le aconsejan pedir más préstamos para desarrollar la economía. El Banco Central ruso no se niega a los créditos, pero prefiere contar con los recursos propios. Natalia Dembínskaya, columnista de Sputnik, analiza si el país debería aumentar la deuda.
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Una deuda muy baja

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La deuda externa total de Rusia es ahora de 525.000 millones de dólares, una de las más bajas del mundo. Para comparar, la deuda del Reino Unido es de 7.5 billones; la de Francia, cinco billones; Alemania, 4.8 billones. En tanto en toda la eurozona asciende a 14 billones mientras que en EEUU suma más de 21 billones.

Este dato llamó la atención de la directora del FMI, Christine Lagarde, que señaló en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo (SPIEF) que la deuda nacional de Rusia parece "sustancialmente baja" y recomendó pedir más préstamos, por supuesto, dentro de límites razonables. El interés del FMI, en general, es comprensible: se trata de una organización acreedora.

La posición del Banco Central es diferente: la principal fuente de financiación para el crecimiento de la economía de Rusia debería ser "inversión y no el capital de deuda".

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Más deudas, más problemas

Si la situación económica internacional se deteriora repentinamente, la deuda externa se convertiría en un gran problema. Cuanta más pequeña es la deuda, menor es el riesgo de un 'default' ante las perturbaciones globales. Los economistas consideran que la estructura de la deuda rusa es adecuada: el 33% del PIB.

Toda la deuda externa es comparable con el tamaño de las reservas rusas (450.000 millones de dólares). Por lo tanto, el sistema financiero ruso puede en cualquier momento comprarla a los extranjeros.

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En EEUU, por ejemplo, esto es imposible: la deuda externa es enorme. La deuda no respaldada por nada es como una bomba de tiempo. El peligro también es que la mayor parte es deuda del Gobierno federal.

La deuda externa en sí no puede causar un 'default', ya que el Estado toma nuevos préstamos para mantener los viejos. Pero hay cada vez menos inversores que quieren financiar la economía estadounidense.

La enorme deuda de EEUU sigue creciendo y la imprenta continúa funcionando. Es por eso que la moneda estadounidense se vuelve menos atractiva para los inversores, señaló el multimillonario e inversionista estadounidense Jim Rogers.

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Riesgos minimizados

En Rusia, la situación es diferente.

"Ahora el principal generador de la deuda externa no es el Estado (con el 15% de la deuda), sino las empresas", explicó Serguéi Jestánov, asesor del director general de macroeconomía de Otkritie Broker.

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Los expertos también señalan que una pequeña deuda y la posibilidad de su rápido reembolso disminuyen la dependencia del Estado de los flujos financieros externos.

"Ahora los mercados emergentes están en una situación difícil: hay una salida de capitales y unas deudas altas en dólares que son una carga grande para la economía nacional. En Rusia este riesgo se elimina casi por completo", señaló Alexandr Egórov, estratega de divisas de Teletrade.

Rusia tampoco necesita fondos prestados a causa de un presupuesto libre de déficit. En 2018, se espera un superávit por primera vez en siete años. Según las estimaciones del Ministerio de Finanzas, los ingresos estatales superarán los gastos en más de medio billón de rublos.

Pedir préstamos con cuidado

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La deuda externa es un indicador importante de la actitud de los inversores internacionales y todos los participantes de las actividades de comercio exterior respecto a la economía rusa.

Una pequeña deuda significa que la economía está lidiando con sus problemas por su propia cuenta y pagando menos intereses de los fondos prestados. Pero existe una desventaja: se limitan los recursos necesarios para el desarrollo económico. La condición principal es que los fondos prestados se destinen a proyectos útiles y rentables.

El Banco Central ruso no se niega a pedir préstamos. En el primer trimestre de este año, los extranjeros concedieron a Rusia alrededor de 17.000 millones de dólares a través de eurobonos soberanos.

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No obstante, los economistas señalan que es hora de cambiar el "centro de gravedad" del endeudamiento externo y utilizar deuda interna. Las condiciones son bastante adecuadas: las tasas de interés están cayendo y la inflación se encuentra en mínimos históricos.

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