El 21 de mayo el regulador de los medios en el Reino Unido, OFCOM, abrió tres nuevas investigaciones sobre la actividad de la cadena rusa RT.
"Puedo confirmar que la respuesta a este espectáculo, y es de lo que se trata, y a sus resultados será duro, ya lo habíamos anunciado", dijo.
Según Zajárova "los organismos competentes en Rusia empezaron a estudiar con detalle el contenido de los materiales de los medios británicos presentes en Rusia".
Subrayó que Moscú que nunca antes había impuesto medidas similares se ve obligada a hacerlo por la política de Londres.
Ofcom comunicó que las nuevas investigaciones se centrarán en los programas de noticias que el canal transmitió el 26 abril y el 4 de mayo, y el programa Crosstalk, transmitido el 20 de abril.
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La directora de Sputnik y RT, Margarita Simonián, ironizó sobre la noticia diciendo que la cadena rusa es "una fuente inagotable para las investigaciones de Ofcom".
"Siguen sin poder encontrar por qué criticarnos, pero no pierden la esperanza y abrieron tres nuevas investigaciones", tuiteó.
Las nuevas tres investigaciones se suman a las siete que la autoridad reguladora abrió el 18 de abril pasado sobre los programas de noticias y documentales de RT en relación con el envenenamiento del exagente doble Serguéi Skripal y su hija Yulia en la ciudad británica de Salisbury.
Al iniciarse las investigaciones sobre el canal, la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, declaró que ningún medio británico podrá operar en el territorio de Rusia si el Reino Unido cierra RT.
Por su parte, el regulador ruso Roskomnadzor aseguró que está dispuesto a imponer medidas simétricas contra los medios británicos si Londres retira la licencia de emisión a la cadena rusa en el territorio del Reino Unido.
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Skripal, exoficial de inteligencia militar rusa reclutado en los años 90 por el servicio secreto británico MI6 y naturalizado en el Reino Unido, y su hija Yulia, fueron hallados inconscientes cerca de un centro comercial a principios de marzo pasado.
Londres se niega a cooperar con Rusia para investigar el caso y no permite que sus diplomáticos visiten a los ciudadanos rusos, que ya recibieron el alta médica, aunque su ubicación se desconoce.
Moscú rechaza las acusaciones de Londres, que considera infundadas, y sigue reclamando acceso a las pruebas.