Los civiles residentes cerca de la base, que regularmente reciben avisos de las pruebas llevadas a cabo en la instalación militar, prácticamente no estaban al tanto de lo que pasaba mientras el misil cruzaba el cielo nocturno, informó Indepth News.
"Cuando se trata de pruebas de misiles, EEUU opera con un claro doble rasero. Si EEUU quiere que otros países suspendan sus pruebas de misiles, deberían dar ejemplo", afirmó David Krieger, presidente de la Fundación para la Paz en la Era Nuclear (NAPF, por sus siglas en inglés), citado por el medio.
El país norteamericano lleva a cabo entre tres o cuatro pruebas de ICBM anualmente. Estos misiles son de la misma clase que los proyectiles norcoreanos, cuyo desarrollo y pruebas son duramente criticados por EEUU, apuntó el medio.
Esta prueba es particularmente inapropiada, dado que se realizó poco más de un día antes de la cumbre entre los líderes de Corea del Norte y del Sur, Kim Jong-un y Moon Jae-in, respectivamente, señaló Rick Wayman, director de programas y operaciones de la NAPF.
"Si esperamos que Corea del Norte deje de desarrollar y probar ICBM, lo menos que Estados Unidos podría hacer es dejar de probar sus propios ICBM mientras se llevan a cabo estas delicadas negociaciones", subrayó.
Krieger comentó que, "además de verificar la fiabilidad del hardware y entrenar a los equipos de misiles para lanzarlos, los lanzamientos de misiles también envían mensajes".
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"En este caso, el mensaje es: 'Somos lo suficientemente poderosos y arrogantes como para usar estos misiles si no hacen lo que deseamos'. Si queremos crear un mundo pacífico, ese es el tipo de mensaje incorrecto para enviar", concluyó Krieger.