"España parece que vive otra vez en los primeros meses de aquel todavía recordado 1898", escribe Gonzalez en un artículo publicado en el diario Claridad.
El político portorriqueño cree que "igual que en el 98, el gobierno se atrinchera ante la amenaza del 'separatismo', negándose a ceder, y los políticos de todas las tendencias corren a apoyar la mano dura frente a los rebeldes que atentan contra la estabilidad del reino."
"En 1898 era del separatismo cubano y, en menor medida, del filipino, de donde procedía la amenaza y para combatirlo se juntaban conservadores y liberales", recuerda al opinar que "el ambiente de ahora se parece bastante al del "98 aunque los nuevos "rebeldes separatistas" ya no están en el lejano Caribe ni en la aún más lejana Asia: están mucho más cerca, en la misma península, en Cataluña".
"Los extremos a que ha llegado el estado español ante los reclamos de Cataluña, causan alarma", denuncia el autor, quien afirma que "a petición del gobierno, enfurecidos jueces le imputaron el delito de 'rebelión' a los principales cargos de la Generalitat, y todo el liderato fue encerrado en la cárcel sin derecho a fianza".
Y añade que "como si fueran peligrosos criminales, llevan meses tras las rejas y no hay ahora mismo la más mínima señal de que puedan ser liberados".
"Saben muy bien que mientras la soberanía catalana siga siendo tratada como un problema interno de España, no existe ninguna posibilidad de que su caso pueda avanzar", afirma.
El independentista portorriqueño describe al Estado español como un "muro cerrado", que "sólo se puede agrietar si los catalanes logran europeizar sus reclamos".
"El desplazamiento de [el expresidente catalán, Carles] Puigdemont a Bruselas buscó un camino hacia ese objetivo y el afán represivo de España, similar al que con tanto ahínco implantaron hasta 1898, los está ayudando", concluye Gonzalez.