Valúev se refirió al incidente que se produjo con el pesquero ruso Nord. El Nord, que navegaba el 25 de marzo con 10 tripulantes a bordo en el mar de Azov, fue detenido por los guardacostas ucranianos.
El almirante recordó que, según la convención internacional, existe una orden de navegación en aguas neutrales: todos los buques tienen derecho a navegar por ellas sin obstáculos siempre que no atraviesen aguas territoriales.
Valúev se quejó de que a veces ocurran incidentes porque un país [como ahora Ucrania] empieza a inventar sus propias reglas de navegación.
"La extensión de las aguas territoriales tiene que ser tal para que el Estado [al que estas pertenecen] pueda defenderlas. Hay un límite máximo de12 millas náuticas", señaló.
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El analista agregó que, en aguas internacionales, los buques civiles pueden navegar incluso si están escoltados por una nave militar.
"Un buque civil y una nave militar gozan de la extraterritorialidad —están subordinados a las leyes del Estado a que pertenecen— y correspondientemente tienen inmunidad. Por eso sus tripulantes disponen del derecho a defenderse de los ataques. Lo pueden hacer enviando una advertencia a través de los canales diplomáticos o bien realizar disparos de aviso e, incluso, en última instancia, hacer uso de las armas", concluyó el almirante.
Según las autoridades ucranianas, el buque Nord fue detenido por violar la frontera marítima. Tras esta retención, el barco fue decomisado y enviado al puerto de Berdiansk (Ucrania). Moscú no reconoce estas acusaciones y demanda que Kiev libere a los tripulantes y le devuelva el buque capturado.
El mando de la Flota del Mar Negro de Rusia estudia ahora el problema de cómo garantizar la seguridad de la navegación en el mar Negro y el de Azov.
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