Washington dio a entender que se trata tan solo del primer paso para complicar la entrada de productos del gigante asiático al mercado estadounidense. En este sentido, se anunció abiertamente la intención de imponer aranceles a China por un monto de 60.000 millones de dólares anuales.
Lu Kang, portavoz de la Cancillería china, dejó claro que se trata, por ahora, de una advertencia a Donald Trump sobre adónde puede llevar su proteccionismo.
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"Hemos reiterado una y otra vez que China no quiere una guerra comercial. Pero también hemos dejado claro que, si nos vemos obligados a hacer una guerra comercial, China tiene la capacidad de salvaguardar sus propios intereses. Esperamos sinceramente que los legisladores de EEUU escuchen atentamente las voces de los consumidores y las industrias nacionales, sopesen cuidadosamente qué pérdidas y ganancias se llevará EEUU si adoptan las medidas que no deberían adoptarse unilateralmente y vean si es necesario volver hasta que se golpeen contra un muro de piedra", manifestó.
Dicho de otra manera, China no permitirá que EEUU meta las manos en sus "bolsillos", indicó en conversación con Radio Sputnik Andréi Súzdaltsev, politólogo de la Escuela Superior de Economía de Moscú.
"China se comportó con el presidente Donald Trump de una manera bastante complacida, tratando de no involucrarse en ningún tipo de confrontación e incluso cooperando con Washington en temas como el norcoreano. Pero cuando EEUU llegó a cerrar parcialmente su mercado, algo que promete causar problemas a la economía china, Pekín se vio obligado a dar una respuesta que no es tanto simétrica sino más o menos adecuada. Hay un riesgo de que, en respuesta, Washington desate una campaña propagandística, pero China no tuvo otra opción", señaló el experto.
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De acuerdo a nuestro interlocutor, "la economía norteamericana está muy interrelacionada" con la de China "para ignorar" a Pekín.
Agregó, no obstante, que la actuación de EEUU revela la preocupación de Washington ante el riesgo de perder su influencia en Asia, donde China tiene cada vez más protagonismo y adónde se está trasladando "el eje político económico mundial".