"La cumbre [de la Alianza] del 2008 se convirtió en una catástrofe para la seguridad europea cuando la OTAN aprobó la decisión de aceptar a Georgia y Ucrania como miembros", dijo Grushkó en el Club Internacional de Debates Valdái en Moscú.
La colaboración institucional entre Georgia y la OTAN empezó en 1994 cuando Tiflis se sumó al programa Asociación para la Paz y se reforzó tras la Revolución de las Rosas en 2004.
En diciembre de 2014, el Parlamento ucraniano enmendó la legislación nacional renunciando al estatus no alineado, la nueva doctrina militar del país estipula tomar el rumbo de ingreso en la OTAN.
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Kiev se comprometió a garantizar hacia 2020 la plena compatibilidad de sus Fuerzas Armadas con las de la Alianza y en diciembre de 2016 firmó en Bruselas una hoja de ruta en materia de cooperación militar con el bloque.