"A Estados Unidos no le gusta la idea de perder su influencia en esta región. A partir de la década de los 60 del siglo pasado los países occidentales empezaron a considerar a África como una parte de su zona de influencia y por esto se preocupan cuando un país no occidental estrecha lazos políticos y económicos con los países del continente", explicó Taylor, quien también es director de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Renmin, en China.
A su juicio, los chinos están más interesados en la economía y este es el ámbito en el que Estados Unidos teme perder todo.
"Los chinos llegan a África igual que llegan a todas partes del planeta, el objetivo principal de sus negocios es obtener ganancias", señaló el especialista.
"Cuando se trata de África, el presidente de Estados Unidos considera que estos países 'subdesarrollados' no merecen ser tema de discusión. Sin embargo, luego surgen indicios de preocupación en Washington por la 'conquista del continente por los chinos malvados'. Todo esto es simplemente absurdo", señaló Taylor.
"Podemos estar seguros de que a corto plazo veremos un alza de la histeria con relación a la presencia allí de China. Es bien sabido que la clase dirigente política de Estados Unidos siempre necesita un enemigo y este enemigo cambia de manera frecuente: durante la Guerra Fría era la URSS, luego, los musulmanes, ahora es Rusia, y en el futuro, parece ser China la siguiente en la lista", enfatizó.
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En lugar de construir relaciones razonables en la política y en los negocios hay que justificar gastos presupuestarios. En este sentido, China y Rusia son los blancos perfectos, concluyó.