Para Smiech, se debe buscar a los responsables y ejecutores del envenenamiento del Skripal y de su hija en los servicios de inteligencia de Estados Unidos y del Reino Unido. El caso Skripal es un montaje en la línea que Occidente sigue para demonizar a Moscú.
"Todo forma parte de un proceso para demonizar a Rusia y a su presidente y para crear una atmósfera de falta de seguridad que influya en la opinión pública de los países de Occidente", dice este publicista polaco.
Para Smiech, todo encaja con la manera en que se han ido desarrollando los hechos cuando, "sin evidencia alguna" durante la investigación del envenenamiento de Skripal, se ha acusado a Moscú inmediatamente. Compara lo ocurrido en Salisbury con "el caso del avión derribado durante el conflicto en Ucrania", en el que también se culpó a Rusia, o con la guerra en Siria, cuando el presidente Bashar Asad fue acusado de utilizar armas químicas contra la población civil. "Todo sin presentar pruebas", recuerda.
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El Mundial de fútbol también tiene que ver
Varsovia aseguró el 16 de marzo que la comunidad internacional debía movilizarse y mostrar a Rusia su determinación para "dejarle claro" que no tolerarían violaciones del derecho internacional. La Asociación de Fútbol Polaca podría recibir la orden de boicotear el Mundial de fútbol, pero todavía está en el aire quién presionará.
"Si los países europeos adoptan esa decisión con Reino Unido a la cabeza, el Gobierno polaco se sentirá obligado a actuar en solidaridad con el resto. La Asociación de Fútbol Polaca no es lo suficientemente autónoma como para tomar decisiones independientemente del Gobierno, sobre todo en una cuestión tan importante [como es el Mundial de fútbol]", explica el publicista.
Asegura que los medios de comunicación juegan un papel fundamental y que funcionan como altavoz de la demonización de Rusia, y que en el caso de Polonia, el país es caldo de cultivo de las opiniones que Occidente vierte sobre Moscú por la 'tradición rusofóbica' de Varsovia.
"Se trata de la tendencia de demonizar a Rusia. De un flujo contante de información sobre lo que está a punto de ocurrir: de que Rusia está a punto de invadir a sus vecinos, entre ellos Polonia (…) Los periodistas y los políticos británicos son muy conscientes de que la rusofobia es un elemento importante en la psicología polaca. Saben usarla con fines políticos", asegura el publicista.
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Por tanto, prosigue, boicotear el Mundial de fútbol no se trata solo de una cuestión puramente deportiva. "También tiene una vertiente política bastante clara", concluye.