El boicot al Mundial de fútbol de 2018 es, para el futbolista, "una broma" que obedece a un único interés a nivel mundial: demonizar a Rusia.
"Las organizaciones como Avaaz y, evidentemente, los Cascos Blancos, se dedican a lo mismo: a divulgar propaganda, sobre todo entre los jóvenes. En el caso de Avaaz, estamos hablando de decenas de miles de miembros que se dedican a ir cambiando un régimen [político] tras otro", señala Icke.
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"Mire las acusaciones contra Rusia por su interferencia en las elecciones de EEUU. Por ayudar a elegir a Trump. Mire el incidente de Salisbury y toda esta historia del gas nervioso y lo que está sucediendo en Siria: todo eso son justificaciones. Supuestamente Rusia influenció en el voto del Brexit. ¿Qué será lo siguiente?".
Para Icke, todo ello no es más que una campaña propagandística mundial para demonizar a Rusia para alcanzar ese primer objetivo: el conflicto con Moscú.
Para ello, explica a Sputnik, los medios de comunicación 'mainstream' predominantes pretenden que la gente mire al mundo como ellos quieren.
Bajo los hashtag #mundialdelavergüenza y #cupofshame, Avaaz ha lanzado una campaña de recopilación de firmas para que "gobiernos y jugadores se unan a la oposición" y boicoteen el Mundial de fútbol.
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