Así le calificó a inicios de enero su portavoz, Dmitri Peskov, al añadir que "nadie puede competir realmente" con el actual mandatario.
Con el 98,92% escrutado, Putin cosecha el histórico 76,66% de los apoyos en los comicios dejando muy atrás a los restantes siete aspirantes que compitieron con él por la presidencia rusa.
Por otra parte, tiene fama de un político duro, implacable con los terroristas a quienes eliminará "hasta en las letrinas", y dispuesto a defender los intereses de Rusia incluso cuando contradicen los de la comunidad internacional.
Con todo esto, es padre de dos hijas y abuelo de dos nietos, de los que no suele hablar públicamente porque quiere que "crezcan como gente normal, no como príncipes de sangre", según él mismo confesó en la sesión anual de preguntas y respuestas de sus conciudadanos en junio pasado.
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Practica deportes como artes marciales o hockey sobre hielo, e "incluso si trabaja hasta la medianoche va a la piscina o al gimnasio", reveló Peskov en diciembre pasado.
El propio Putin afirmó que vive según la filosofía del judo, "cuya principal idea es el llamado camino de la flexibilidad".
"Hay que ser flexible, aunque a veces se puede dar un paso atrás, pero solo si esto permite ganar", dijo en el documental del cineasta estadounidense Oliver Stone titulado "Entrevista con Putin".
Entonces tomó las riendas tan solo cuatro años después de que entrara por primera vez en el Kremlin como administrador adjunto de los asuntos presidenciales.
En aquel momento Rusia estaba en el camino de la recuperación después de que en 1991 dejara de existir la Unión Soviética, y Putin lanzó numerosas reformas para impulsar el desarrollo económico y consolidar la integridad del país.
"La caída de la URSS provocó un colapso del sistema de seguridad social, quedaron paralizados sectores enteros de la industria, el sistema de sanidad pública resultó prácticamente destruido, el Ejército se encontraba en un estado deplorable y millones de personas se vieron por debajo del umbral de pobreza", recordó el presidente ruso en el documental de Stone.
Putin prolongó su mandato en las elecciones de 2004, y cuando en 2008 abandonó el Kremlin, ya que según la Carta Magna rusa un presidente no puede postularse más de dos veces consecutivas se puso al frente del Gobierno ruso como Primer Ministro.
Cuatro años después volvió a ganar las presidenciales y empezó su tercer mandato, ya de seis años, de acuerdo a las enmiendas introducidas.
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Los datos del sitio web de la campaña electoral de Putin indican que la situación en el país ha mejorado durante sus tres presidencias: desde el año 2000 las reservas internacionales de Rusia aumentaron más de 30 veces, hasta los 430.600 millones de dólares, el salario real creció 3,5 veces y en 2014 Rusia registró el primer aumento natural de la población (25.000 personas) desde 1991.
En la política internacional, Putin continúa el rumbo que anunció en la Conferencia de Seguridad de Múnich en 2007, encaminado a defender el mundo multipolar y oponerse a los intentos de varios países, y en particular de EEUU, de imponer el modelo unipolar.
Este enfoque no siempre fue bien acogido por las potencias extranjeras, como en el caso de Crimea: el rechazo de Occidente a la reunificación de la península se tradujo en numerosas sanciones a ciudadanos y entidades rusas, aunque fueron los propios crimeos los que optaron por unirse a Rusia mediante un referéndum en 2014.
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Sin embargo, las sanciones occidentales impulsaron la sustitución de las importaciones y la producción interna en Rusia, además de ofrecer nuevas oportunidades de cooperación comercial con los países de América Latina.
Así, a finales de 2017 el ministro de Agricultura, Alexandr Tkachov, declaró que en 2018 Rusia volvería a ser un exportador neto de alimentos, que no se produjo desde 1955.
La tercera presidencia de Putin también está marcada por avances en la resolución de la crisis en Siria.
Pero el apoyo al presidente sirio, Bashar Asad, igual que la reunificación de Crimea y algunas otras discrepancias deterioraron las relaciones entre Moscú y Washington, que viven un período que "puede resultar más peligroso que la guerra fría", según dijo el embajador de la UE en Rusia, Markus Ederer.
Al mismo tiempo mejoraron las relaciones entre Rusia y China: en julio pasado Putin y su par chino, Xi Jinping, firmaron una declaración de cooperación que abarca numerosos ámbitos, como la economía, la defensa y la lucha antiterrorista, entre otros.
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Durante los mandatos de Putin en Rusia se produjeron grandes cambios positivos, pero como el propio mandatario admitió en la rueda de prensa anual de 2017, en el país todavía "hay muchos problemas".