En un comunicado la Alianza Atlántica "expresó su profunda preocupación por el primer uso ofensivo de un agente nervioso en el territorio de la Alianza desde la creación de la OTAN".
"Los aliados expresaron su solidaridad con el Reino Unido, ofreció apoyo para llevar a cabo la investigación en curso y llamó a Rusia a responder a las preguntas del Reino Unido, incluyendo revelar de modo cabal y completo el programa Novichok a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ)", dice la nota.
Skripal y su hija de 33 años fueron encontrados inconscientes a inicios de marzo cerca de un centro comercial en Salisbury, en el condado de Wiltshire.
El 12 de marzo la primera ministra británica, Theresa May, pidió a Moscú explicaciones sobre caso Skripal, y en particular sobre el uso del agente nervioso del grupo Novichok, que según ella fue desarrollado en Rusia, y dio un plazo hasta la tarde del miércoles amenazando con medidas de restricción.
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El 14 de marzo el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, comunicó que Rusia sigue sin recibir solicitud oficial del Reino Unido sobre el caso del envenenamiento de Skripal y su hija, y llamó a Londres a actuar en el marco de la Convención para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ): celebrar consultas sobre el incidente y activar los protocolos establecidos por la Convención para el intercambio de datos.
Sin embargo, May anunció que Londres culpa directamente a las autoridades rusas de intento de asesinato de Skripal.
Para reaccionar al supuesto ataque May declaró que Londres expulsa a 23 diplomáticos rusos, "identificados como oficiales de inteligencia no declarados", y suspende todos los contactos bilaterales de alto nivel.
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Además, Londres está dispuesto a congelar los activos públicos rusos en el Reino Unido si se encuentran pruebas de que estos amenazan la vida y los bienes de los ciudadanos británicos.