Ambos están hospitalizados bajo sospecha de haber ingerido o inhalado una "sustancia desconocida".
"Si se confirman las sospechas de los diputados, tendremos que mantener una conversación seria sobre nuestra relación con Rusia", adelantó el ministro tras recordar el asesinato por envenenamiento de Alexander Litvineko, de cuya responsabilidad las autoridades británicas atribuyen "probablemente" al Kremlin.
Johnson aseguró a los diputados que el Gobierno conservador "responderá apropiada y robustamente" si la investigación del presunto crimen contra la familia Skripal aporta pruebas de "responsabilidad estatal".
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El canciller se privó en todo momento de apuntar con el dedo a Rusia y adoptó en cambio lo que describió como la "fórmula de las sospechas de los miembros" de la cámara baja del Parlamento de Westminster.
La portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, calificó por su parte de "bárbaras" las declaraciones de Johnson.