Kim Jong-un expresó la "voluntad de principios y firme deseo de promover las relaciones entre las dos Coreas e iniciar la nueva historia de reunificación de la Patria".
Los representantes del mandatario surcoreano le entregaron una misiva al líder de Corea del Norte, quien escuchó un mensaje sobre "la idea del presidente Moon Jae-in de celebrar un encuentro al más alto nivel", intercambió opiniones y aceptó un acuerdo satisfactorio.
El alto dirigente también realizó un profundo intercambio de opiniones sobre la reducción de las tensiones militares en la península de Corea y la activación del diálogo y contactos multilaterales.
El 5 de marzo a Pyongyang arribó una delegación compuesta por 10 funcionarios, entre ellos cinco enviados especiales del presidente de Corea del Sur.
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