El buque insignia del proyecto 22350, el Almirante Gorshkov, actualmente se somete a pruebas estatales. Según declaró al periódico Krásnaia Zvezdá el comandante en jefe de la Armada de Rusia, almirante Vladímir Koroliov, está previsto que entre en servicio de la Flota a lo largo de 2018.
"En el marco del programa estatal de armas para la Armada, continuarán sumándose nuevos buques, modernizados para las zonas marinas y oceánicas lejanas. El buque que lidera este segmento es la fragata modernizada del proyecto 22350M, equipada con armas de alta precisión", detalló.
La construcción de la fragata Almirante Gorshkov comenzó en 2006; el navío fue botado en 2010 y pasó sus primeras pruebas en noviembre de 2014.
Se trata del primer gran buque militar de superficie en ser construido en los astilleros rusos después la desintegración de la URSS. Se prevé que la fragata sea capaz de atacar con gran precisión tanto los blancos submarinos como los aéreos y los terrestres, así como realizar misiones de inteligencia. Tiene un desplazamiento de 4.500 toneladas, 135 metros de eslora y 15 de manga, así como es capaz de alcanzar una velocidad de hasta 55 km/h.
"Cuando este buque esté listo, la Flota obtendrá un apoyo muy serio", explicó.
Subrayó también que la fragata se dotará de un sistema antimisiles Poliment-Redut, diseñado especialmente para los buques rusos de las últimas generaciones, además de dos sistemas de artillería de corto alcance Palash. Asimismo, estará equipada con cañones de 130 milímetros AK-192, que tienen un alcance de hasta 23 kilómetros.
En cuanto a las armas antibuques, será dotada de cuatro sistemas de torpedos Paket-NK, que entraron en servicio en 2008. Todos los equipos del buque tendrán un sistema común de control y gestión, mientras que la iluminación radioelectrónica a bordo permitirá detectar cualquier actividad del enemigo.
"Claro que todos los sistemas de gestión son electrónicos. La nueva fragata es de hecho un 'ordenador flotante', capaz de hacer frente a múltiples desafíos casi sin la ayuda del hombre", afirmó Murajovski.
El experto militar precisó que el avanzado buque también se integrará en el sistema de información e inteligencia de la Armada rusa.
La novedosa fragata tendrá una autonomía de más de un mes y una tripulación de entre 180 y 210 personas.
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Según Murajovski, "el proyecto modernizado es, en cierto modo, un intento de corregir los errores técnicos detectados durante el funcionamiento de las cuatro primeras fragatas", explicó. Recordó que los buques de la próxima generación suelen ser diferentes de los más obsoletos.
"Así, los destructores estadounidenses del proyecto Arley Burke son muy diferentes entre sí. La modernización de la flota es un proceso continuo", afirmó.
Según Murajovski, Rusia necesita entre 10 y 12 buques del proyecto 22350 como mínimo para realizar de manera eficaz las tareas establecidas en la nueva doctrina naval del país.
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Se prevé que las fragatas modernizadas se integren a la Armada antes del año 2027.