Tokio considera que la escala de las maniobras militares debe permanecer al mismo nivel y que la tríada de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur deben seguir presionando a Corea del Norte y persuadir a Pyongyang de que no continúe con su programa nuclear.
Desde Corea del Norte han confirmado que su delegación la encabezará presidente de la Asamblea Suprema del Pueblo de Corea del Norte, Kim Yong-nam, informó el periódico oficial del partido único norcoreano, Rodong Sinmun.
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Por su parte, Corea del Sur considera que la predisposición de Corea del Norte a entablar una relación distendida con Seúl demuestra la voluntad de Pyongyang de mejorar el diálogo. Así lo hizo saber en una conferencia de prensa en la capital surcoreana el representante de la administración presidencial del país.
"Occidente ya tiene algún tipo de plan porque los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang no van a durar toda la eternidad. Ya saben cómo presionar más a Corea del Norte (…) Para ellos, el país se ha armado militarmente. Por eso están buscando la manera de desorientar a Pyongyang: para que, en algún momento, de alguna forma asestar un golpe al Gobierno norcoreano. No uno militar, sino uno de alguna otra índole", advierte a Sputnik el politólogo ruso Grigori Trofimchuk.
Añade que, mientras Kim Jong-un sea joven, el líder norcoreano no es ingenuo políticamente, por lo que el Gobierno del país "sabrá estar alerta".